sábado, 27 de junio de 2009




Porque es más valioso el beso que no te doy y te pertenece, que todos los que he dado. Porque los besos que di eran besos desvalidos, agónicos, desfallecidos, anémicos de amor. El beso que te pertenece, pero que sólo yo custodio, no necesita de tu conocimiento para saberse verdadero.

Pienso en ello en la intimidad de quien se sabe seguro y a salvo de cualquier mirada indiscreta. Pienso en ello, lo valoro, lo arrullo… o es ello lo que me arrulla a mí, y me envuelve, y me eleva, y me expande y me traslada en la quietud, a mí, a ese ser estático que a tus ojos calla, calla peligrosamente la verdad, su verdad.

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